Cuando apenas tenía 16 años, dibujé la Catedral de León con plumilla y acuarela. 35 años depués, he vuelto a dibujarla.
No voy a entrar a calificar los resultados, sino lo diferente que resulta reinterpretar la misma imagen después de tantas y tantas experiencias. Ahora he utilizado la tableta gráfica experimentando con nuevos pinceles, emulando cierto espíritu medieval en el uso del trazo y el color. Os dejo una muestra de los diferentes estados durante el proceso de realización.
Nací en el barrio leonés de El Ejido, a tan solo 10 minutos andando de la Catedral. Por aquel entonces, para llegar a ella, había que sortear unas cuantas huertas y cruzarte con algún carro por un camino sin asfaltar. Sin apenas casas hacia esa parte de la cuidad y siendo un niño, recuerdo que la imponente figura de la Catedral se presentaba ante mí aún más colosal.
Más tarde, un León distinto a lo que conocemos, presenció mis primeros pasos con un 600 rodeando la Catedral como si no pasara nada; y pasó. León creció y cambió todo lo que la rodeaba, eliminando jardines y terrazas repletos de gente ‘de domingos’. Incluso recuerdo ir a misa de 12 con toda la pandilla, para entre salmo y salmo, averiguar cuán inescrutables eran los pasadizos interiores alejados de la zona pública.
Antes de realizar esta serie de dibujos, recorrí la Catedral unas cuantas veces y descubrí formas que nunca había visto y figuras escondidas en la piedra, que indudablemente quebraron los sueños de más de un escultor. Si solo dibujarla tiene su mérito, quitémonos el sombrero ante quien la concibió.
2 comments on "La Catedral de León"
Fenomenal Trabajo Javier
Gracias, Leandro.
Si tienes oportunidad, por favor, vete a ver la exposición que ahora está en el Palacio de Canedo (El Bierzo – León), donde tanto María Ramos como yo, estaremos encantados de recibir visitas.